RUT

Miguel Botero

Viernes. Al fin tenemos noticias de la convocatoria de la Gobernación. Los que quedaron descalificados, los que quedaron listos para concursar y los que deben subsanar algún documento.

A Catalina, por ejemplo, le piden que subsane el RUT. Debe tener menos de tres meses de actualizado y aunque ella mandó un RUT que sí los tenía, resultó que al fondo aparecía la palabra BORRADOR, en una de esa letras claras que nadie ve.

La página de la DIAN se llama MUISCA y por su diseño y funcionamiento parece sacada de los albores noventeros del internet. De hecho, como dice mi amigo Pablo, se llama MUISCA porque parece que la hubieran diseñado los propios muiscas.

Catalina logra actualizar nuevamente el RUT y lo sube a la plataforma de la Gobernación, en el único campo posible que hay para modificar. Al momentico, sin embargo, le da por revisar el documento que acaba de subsanar y resulta que dice EN TRÁMITE, en las mismas letras claras de fondo que nadie ve. La sorpresa es aún mayor, cuando vuelve a descargar el RUT de MUISCA y descubre que ahora sí dice CERTIFICADO. Desafortunadamente, no encuentra forma de subirlo.

Cata aparece por la cocina balbuceando sonidos ininteligibles. Finalmente me cuenta lo sucedido. Vamos de inmediato al computador a tratar de subir juntos el documento. Pero nada. El RUT simplemente aparece como subsanado y no hay manera de modificarlo.

Catalina escribe al correo que nos hicieron llegar para resolver cualquier duda y expone su situación. El plazo vence el miércoles. Así que esperamos lo que queda del viernes, todo el sábado, todo el domingo y el lunes, cuando llamamos una y mil veces a la secretaría de Cultura de Antioquia, donde siempre, sin excepción, rebotamos contra una voz de acento argentino que nos habla fríamente desde una contestadora. No vemos mayores opciones. Como último recurso, habría que armar paseo el miércoles y bajar a Medellín.

El martes es festivo y, por la noche, se me ocurre una de esas ideas que luego parecen obvias, pero que en su momento a uno se le pasan en medio tanta preocupación. Recuerdo que Pablo (el mismo de los muiscas) tiene un montón de experiencia en convocatorias y si no sabe directamente la solución, es posible que conozca a alguien que conozca a alguien que sepa cómo resolver el problema.

Como era de esperarse, a primera hora de la mañana siguiente nos responden el correo. Una hora después, nos habilitan la forma de reemplazar el documento.

Y listo el pollo. Como si nada hubiera pasado. Ahora solo toca esperar los resultados. Lo que Dios quiera, como dicen por ahí.

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